Introducción: Un comienzo modesto con visión de grandeza
En la década de los 90, la educación en los sectores aledaños al río Guatiquía enfrentaba un panorama desafiante. Fue en este contexto donde nació la Escuela Manantial, una institución que comenzó sin rector oficial y con una infraestructura mínima: apenas dos salones para albergar tres cursos en la jornada de la mañana.
Hoy, la escuela es un testimonio de cómo la perseverancia y la gestión estratégica pueden transformar una comunidad. Esta crónica recorre su evolución desde aquellos días de escasez hasta su consolidación como una de las mejores sedes del sector.
1993-1994: Los primeros pasos y la expansión académica
El año 1993 marcó un punto de inflexión. Bajo una nueva dirección, la escuela no solo inauguró un segundo salón y una oficina administrativa, sino que amplió su cobertura abriendo la jornada de la tarde con 14 estudiantes hasta grado cuarto.
El impacto de estas decisiones fue inmediato: para 1994, la Escuela Manantial graduaba a su primera promoción de quinto de primaria, un hito que simbolizaba el progreso educativo de la zona.

Gestión estratégica: Construyendo comunidad ladrillo a ladrillo
El crecimiento de la infraestructura de la Escuela Manantial se caracterizó por una colaboración multisectorial sin precedentes. La gestión directiva logró alinear los esfuerzos de la alcaldía, la gobernación, la empresa privada y la Junta de Acción Comunal.
Entre las obras más destacadas de esta era de expansión se encuentran:
- El gran cerramiento: Con el apoyo del primer alcalde de la época, se delimitó el perímetro de la institución, brindando seguridad al entorno escolar.
- Nutrición como prioridad: Se construyó un comedor infantil con capacidad para 400 personas. Este proyecto, apoyado por la Junta de Acción Comunal y el sector petrolero (con la gestión del superintendente Rizzo), sigue activo hoy en día, atendiendo a toda el área circundante.
- Tecnología y Deporte: La administración de la alcaldesa Yolima contribuyó con la construcción del “aula máxima” de informática, mientras que la Gobernación apoyó la creación del polideportivo.
Innovación pedagógica y el “Premio Compartir al Maestro”
Un capítulo dorado en la historia de la institución fue la obtención del Premio Compartir al Maestro. Lejos de ser un reconocimiento simbólico, este premio se tradujo en recursos tangibles: los fondos se invirtieron en la construcción de una vivienda para la dirección y un salón provisional para el grado Transición.
La visión pedagógica también influyó en la arquitectura. Se diseñó un espacio independiente para el “Grado Cero” (Transición), que incluía su propia piscina, una característica innovadora pensada para aislar a los más pequeños del resto de la dinámica escolar y brindarles un entorno seguro y especializado.
Consolidación y fusión institucional (2002-2003)
El crecimiento físico culminó con una obra de dos pisos que modernizó la cara de la escuela. Finalmente, entre los años 2002 y 2003, bajo la rectoría del licenciado Dagoberto Saavedra, la Escuela Manantial se fusionó con el Colegio Narciso José Matus Torres.
Esta integración aseguró la continuidad del proyecto educativo, consolidando a la sede como un referente vital para las familias del sector del Guatiquía.
Este artículo se basó en la reseña histórica oficial de la Escuela Manantial.