San Antonio de Padua: Tres décadas de resiliencia educativa en el corazón de Villa Suárez

Introducción: El poder de la gestión comunitaria

La historia de la infraestructura educativa en Colombia está, a menudo, cimentada sobre la voluntad inquebrantable de sus comunidades. La Sede San Antonio de Padua, ubicada en el barrio Villa Suárez de Villavicencio, es un testimonio vivo de este fenómeno. Lo que comenzó en 1989 como una iniciativa vecinal ante la necesidad de escolarización, se ha transformado hoy en un pilar fundamental de la educación básica en la comuna, adscrita al Colegio Departamental Narciso José Matus Torres.

A continuación, presentamos una retrospectiva periodística de su evolución, desde sus cimientos en una zona considerada de “alto riesgo” hasta su consolidación actual.

1989-1992: Los años fundacionales y el desafío geográfico

El origen de la institución se remonta a finales de la década de los 80, impulsado por líderes cívicos como Ana Rosa Trujillo, Luís Ramírez y Alfredo Prieto. Gracias a su gestión ante la Gobernación y la Alcaldía de la época, se consiguieron los primeros materiales para erigir un aula de clase.

Para 1990, la escuela abrió sus puertas oficialmente con 50 estudiantes de grado primero, bajo la tutela de la profesora Yolis Bibiana Gutiérrez de Castillo. Ese mismo año marcó un hito en la seguridad del sector: la Junta de Acción Comunal logró la canalización del caño Gramalote, mitigando riesgos en el área aledaña.

Sin embargo, el crecimiento inicial enfrentó obstáculos burocráticos y ambientales. Aunque para 1992 se había logrado construir una segunda aula y unidades sanitarias básicas, los gobiernos departamentales y municipales frenaron la proyección de nuevas obras, argumentando que la ubicación se encontraba en una zona de alto riesgo, lo cual impedía legalmente la inversión en infraestructura mayor.

1993: El año de la resistencia

La identidad de la escuela se forjó bajo presión. En 1993, el Gobierno Nacional condicionó su apoyo al traslado de la institución al barrio Santa Helena. En un acto de arraigo y defensa de su territorio, la comunidad rechazó la propuesta, decidiendo mantener la escuela en Villa Suárez. Esta decisión fue crucial para el desarrollo social del barrio, anclando la educación al entorno inmediato de los estudiantes.

Consolidación administrativa y expansión (1994-2004)

La llegada de nuevos liderazgos académicos dinamizó la gestión de recursos. A mediados de los 90, bajo la dirección del profesor Francisco Guavita, se lograron recursos de la Asamblea Departamental para el cerramiento perimetral, vital para la seguridad escolar.

Posteriormente, la administración del Licenciado Humberto Bohórquez Gómez (desde 1998) y la fusión institucional en 2003 con el Colegio Departamental Narciso José Matus Torres —bajo la rectoría del licenciado Dagoberto Saavedra— marcaron una era de expansión física. Entre 1999 y 2004, la sede vio nacer:

  • El comedor escolar e infantil.
  • La unidad administrativa.
  • Un aula especializada para sistemas.
  • Vivienda para la celaduría.

Modernización y actualidad

La infraestructura física recibió su actualización más significativa en el año 2016, durante el mandato del alcalde Wilmar Orlando Barbosa Rozo, cuando se demolieron tres aulas antiguas para dar paso a la construcción de dos salones más amplios y modernos, adaptados a las necesidades pedagógicas actuales.

Hoy, la Sede San Antonio de Padua se erige en la Carrera 19B #42B-29 (Barrio Villa Suárez Alto) como una institución sólida. Ofrece cobertura desde preescolar hasta cuarto de primaria en doble jornada. Su planta física, compuesta por tres bloques, alberga cinco aulas, oficinas administrativas, sala de sistemas, cafetería y cancha deportiva, sirviendo como el segundo hogar para cientos de niños en Villavicencio.

Este artículo se basó en la reseña histórica oficial de la institución.